¡El verdadero mal del país es la corrupción!
Diversos organismos veedores al realizar control de ejecuciones estatales entienden como corrupción el descarado abuso de posiciones de poder, o de confianza, para el beneficio particular de actores legales e ilegales, en detrimento del interés colectivo. Señalan, por ejemplo, que la acción corrupta se cumple al ofrecer, solicitar, entregar y recibir bienes y servicios, beneficios y/o favores, a cambio de acciones de intercambio de favores, por decisiones u otras contraprestaciones.
Vista así, la corrupción en Colombia se constituye en el mayor problema que tiene el país, si tomamos en cuenta los graves efectos de desigualdad social que produce y, además, la pésima imagen internacional que, merced a ella, ofrecemos en el concierto internacional de naciones, puesto que en la medida que realiza la organización no gubernamental “Transparencia Internacional”, desde 2012 hasta el 2023 quedamos en los lugares debajo de 50 puntos, lo que quiere decir que nos perciben como “un país con serios problemas de corrupción”, de acuerdo a la gráfica siguiente:
Aunque no son estos los únicos problemas que deja la corrupción, si es muy preocupante el rasgo perceptivo que va dejando en términos educativos y formadores en el país, pues no se puede perder de vista que al convertirse en tema recurrente en las noticias del día a día, va formando una especie de estela a su paso que deja el mensaje distorsionado a la juventud que viene en formación, en cuanto creerán que eso es normal, que forma parte del paisaje nacional y no hay nada por hacer. Si la corrupción es el pan nuestro de cada semana, días o meses, es imperativo destruir la ilusión que transmite de normalidad, desde todas las esferas, que actúan en el escenario nacional.
Para eso es necesario establecer con absoluta contundencia que las casta política, tanto de derecha, que ha gobernado hace mucho tiempo, así como la izquierda que ha demostrado desde el “cartel de la contratación” en Bogotá, los infames robos en Santa Marta, Cali, Medellín cuando fueron gobernadas por sectores en representación izquierdista, y el más descomunal de todos, el actual gobierno de Petro en el país, han dejado en evidencia que es una casta corrupta, deslegitimada por acciones reprochables y que no merece la confianza del pueblo, bajo ninguna circunstancia. Por lo tanto, es hora de pensar, buscar y, ojalá, encontrar un Outsider (Independiente, alternativo) de la política para próximos periodos de gobierno.
Aprovechemos la IA que nos trae este planteamiento: “Einstein dijo: “No se puede resolver un problema desde el mismo nivel de conciencia que lo creó”. Esto significa que, para resolver un problema, es necesario buscar nuevas perspectivas y no razonar de la misma manera en la que se creó el problema”. Los colombianos hemos experimentado con las fórmulas Liberales, conservadoras, el Frente Nacional, Derechas e izquierdas y aun continuamos con el grave problema de la corrupción. Durante el actual gobierno vemos como se pliegan a los deseos y necesidades del presidente, tanto liberales como conservadores y los Verdes y el Mira y los mal llamados “Independientes y todo para negociar cargos, prebendas y hasta dineros por tales transacciones. En última instancia con los mismos de siempre todo seguirá igual, será más de lo mismo.
Las circunstancias acaban de mostrar que una reconocida periodista, Vicky Dávila, se lanzó al ruedo con el ofrecimiento de iniciar campaña sin rodearse de políticos de vieja guardia, sin maquinarias de ningún partido, y lo hace porque ella, en su accionar periodístico luchó y enfrentó la corrupción en todas sus formas, además manifiesta estar cansada de ver a los mismos políticos de siempre hacer igual que todos los otros. Esto trae una luz de esperanza para alumbrar la oscuridad del desamparo en que nos encontramos hoy, puesto que no vemos lideres que se distingan, por algún aspecto diferenciador, de todos los que nos han traído hasta aquí por las trochas del despilfarro, los contubernios aberrantes y los descaros sin vergüenza al apropiarse de los recursos públicos, a como diere lugar.
Resta esperar que la mencionada luz alumbre con mayor fulgor, que surjan otros aspirantes, así como ella, de afuera del conjunto político y, aun si son de ese mundillo de tan dudosas prácticas, sea por lo menos alguien que, en su trayectoria no le evidencien macula alguna o con familias y amigos que le opaquen sus aspiraciones, porque el desespero que tenemos, ante el profundo daño de este mal, corrompido, ya es de agobio total.
¡Roguemos para que encontremos soluciones nuevas en el tramo de campañas políticas, que ya iniciaron!
Rubén Darío Orozco P
Rector Anglo Español