Para impulsar la lectura.

Para impulsar la lectura.
Es una realidad: los niveles de lectura en Colombia no son relevantes. Por ello, quienes utilizamos frecuentemente esa actividad intelectual DEBEMOS hacer algo, por ejemplo, lanzar invitaciones hacia ella debido al enorme valor que mantiene en la vida, tanto individual como social. Razón por la cual, ahora, alentamos la vigencia de ideas sabias como esta: «Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad, los deseos humanos, como la lectura... una persona que lee, y que lee bien, disfruta muchísimo mejor de la vida, aunque también es una persona que tiene más problemas frente al mundo». (Mario Vargas Llosa)
Los bibliófilos valoramos vistas como la biblioteca personal del gran escritor peruano. Nos aproxima a lo que tantas veces repetía otro grande, Borges, cuando afirmaba que él se imaginaba el paraíso, así, como una enorme biblioteca. Quienes, trasegamos caminos de intelectualidad y disfrutamos la lectura, compartimos ambas visiones.
Sin embargo, la mayoría no es así. Valoremos la dimensión del último estudio en campo de la Cámara colombiana del libro, que resalta lo siguiente:
“Del total de la población colombiana, 72% lee y el otro 28% no lo hace. Quienes afirmaron leer lo hacen 75% en libros, 34% en redes sociales y 38% en páginas web. La zona del país que más lee libros es Antioquia y Eje Cafetero con 88%, seguido del Centro Oriente con 78% y Bogotá con 77%”.
Se desglosan tales datos, así:
El estudio presenta un panorama de escasa formación, lo que nos evidencia la necesidad de hablar sobre lectura, ya que en la pedagogía es muy aceptada la noción de verla como el camino por donde nos dirigimos al lugar relacionado con las mejores competencias. Una forma de invitar a leer es mostrar elementos en libros que inciten a hacerlo. A propósito, hay un libro escrito por el gran maestro y escritor Irvin Yalom, profesor de psiquiatría de la Universidad en Stanford, “El enigma Spinoza”. El mencionado profesional escritor se interesó por Spinoza porque le llamaba la atención este filósofo tan valiente y solitario, quien escribió libros que cambiaron el mundo. En palabras de Yalom: “es de admirar porque se anticipó a la secularización al estado político democrático liberal y al crecimiento de la ciencia y preparó el terreno para el iluminismo”.
Allí narra como el ideólogo del partido NAZI, Alfred Rossemberg, se intriga cuando descubre que su ídolo GOETHE, el literato nacional de Alemania, mantenía en su bolsillo el libro, y leía con devoción “La ética”, de Spinoza. No le cabe en la cabeza que un gran alemán, de raza aria pudiera admirar y leer con fervor el libro de un judío, doblemente despreciable pues hasta su propio pueblo lo había excomulgado y arrojado al destierro porque era, de tan bajo nivel, que traicionó hasta a su gente. Este tema conduce a Yalon a escribir una magnifica novela histórica donde trata de desentrañar las mentes de ambos personajes, Spinoza y Rossemberg. El resultado es algo apasionante y pletórico de aspectos vistosos de ellos, que valen la pena descubrir.
![]() | Confiesa Yalóm que su admiración por Spinoza se debe a que, en su obra, igual que las de Nietzsche y Schopenhauer, que también le inspiran sendas novelas, se contienen muchas ideas relacionadas -antecedentes- de lo que hoy es la psiquiatría y la psicoterapia: “Que las ideas, los pensamientos y los sentimientos son causados por experiencias previas; que las pasiones pueden ser estudiadas desapasionadamente; que la comprensión conduce a la trascendencia”. Además, es un libro bien escrito, cuyos espacios histórico y geográfico son muy bien logrados; el tiempo literario se aprecia a dos voces, el de Spinoza en el siglo XVII y el del otro protagonista, Alfred Rossemberg, en comienzos del siglo XX, pleno desarrollo del fenómeno de ambas guerras mundiales. |
Confiemos en reseñas así, para motivar a padres de familia, profesores y estudiantes a abordar libros que, como éste, entrañan misterios, descripciones agradables de hechos históricos y, sobre todo, enseñanzas de un gran maestro de la escritura orientadas a conocer las pasiones humanas, uno de nuestros grandes interrogantes como sujetos. Creemos que así, se podrán organizar, dirigir y ejecutar especies de Centros literarios en instituciones educativas que produzcan Clubes y Círculos de lectura periódicamente, a fin de mantener a la vista actividades lectoras, analíticas y motivadoras hacia esta actividad tan fundamental del ser humano, pero con características lúdicas y placenteras hacia ella.
En la medida en que las mencionadas actividades lectoras, con planes lectores y organizaciones grupales de centros dedicados a leer, se lleven a cabo en distintos lugares e instituciones como bibliotecas, centros de prensa e Instituciones educativas, podremos, lentamente, pero con firmeza, avanzar en la cualificación de nuestros indicadores de lectura e iremos arrancando, con el mejor antídoto, a los jóvenes y adultos de las garras despiadadas de la ignorancia y la incompetencia.
Rubén Darío Orozco P
Rector Anglo Español